Sazón a la trujillana: siete restaurantes que debes visitar en la ciudad primaveral
Incursión gastronómica urbana en los más reconocidos restaurantes de la capital liberteña, para seleccionar los lugares que no deberías perderte.
¿El filtro? Trip advisor, taxistas, el rumor de la calle, el paladar entrenado y el recuerdo leso. Buscar un buen restaurante en Trujillo (La Libertad) no es difícil. Al contrario, la comida es tan generosa, rica y con tanta personalidad, que cuesta acortar la lista y dejar fuera del resumen a propuestas dignas de aplausos. Sin embargo, poner a todos sería imposible, por lo que nos quedaremos con los siete que a nuestro juicio son los mejores.
Su espectacular cebiche a la brasa, sus inconfundibles galletas de choclo o su fantástico arroz con pato, colocan al Fiesta como uno de los favoritos y un lugar imperdible para almorzar o cenar en Trujillo. Los altos estándares de producción y servicios también tienen territorio en Las Bóvedas, el restaurante del Hotel Libertador. Ir y no probar su cebiche de ojo de uva, el sabrosísimo trío de causas o el tradicional Shambar, sería un pecado que debería expiarse en la mismísima catedral.
El Mochica es una institución gastronómica que no puede obviarse. Con varios locales en la ciudad, decidimos visitar El Mochica de Doña Fresia, restaurante donde la fundadora y matrona de las recetas de la cadena restaurantera, ha decidido afincarse y mostrar su sazón en mariscos, cebiches, carnes y platos criollos. La verdad fuimos de incógnitos y su lomo saltado y el pepián de pavo pasaron largamente la prueba. Solo habría que afinar un poco la rapidez del servicio.
El Celler de Cler es un rara avis en la ciudad de la marinera, la totora y las sopas teólogas. Intenta posicionar una cocina gourmet y fusión de la mano con una muy buena calidad de servicio y un ambiente acogedor. Sin llegar a tener la exquisitez del Fiesta o ese sabor de antaño y de Doña Fresia, El Celler de Cler va por buen camino y seguramente irá madurando sus sabores.
Mención aparte merecen El Paisa y Big Ben, restaurantes de Trujillo y Huanchaco, respectivamente, que se esmeran por trabajar con los mejores insumos en una carta marina por excelencia, donde destaca un increíble concentrado de cangrejo.
¿El punto débil del Big Ben? Su barra. Los chilcanos son presentados en vasos de cocteles estadounidenses y el sabor, quizá por trabajar con piscos muy populares, no es el que Dios manda.
Cierra nuestra lista de recomendados Los Herrajes, restaurante marino que hace algunas décadas se encarga de sacar el pecho por los sudados, cebiches y parihuelas trujillanas.
Con dos locales y un huerto orgánico que nutre a su cocina, Los Herrajes fue un grato descubrimiento, con sabores en su punto, porciones generosas y rescatando el trabajo del agricultor y el pescador liberteño. Cero transgénicos y la apuesta por la pesca del día son dos de sus banderas. ¡Buen provecho en Trujillo!
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