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    Cacao Pucallpino, algo más que chocolate

    Dentro de las mil y un maravillas con las que cuenta nuestro país, su capacidad productiva agroindustrial es una de las que hay que estar más que orgullosos.

    Gracias a que contamos con muy buenas tierras, con los microclimas y con la creatividad de los agricultores, podemos decir que hoy por hoy de las 10 mejores variedades de cacao en el mundo, 7 se producen en la renaciente región de Ucayali.

    De este modo, la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (DIRCETUR), en cooperación con operadores turísticos de la zona, han reformulado la antigua ruta del cacao en Ucayali, la cual de cacao no tenía mucho. Se limitaba a un par de ejemplos, abusando de la teoría más que las vivencias y se centraba en los atractivos turísticos paisajísticos de la zona, lo cual es digno de una nota a parte, pero no le hace honor a una ruta de cacao per se.

    La nueva propuesta ahora, ofrece a los viajeros la oportunidad de pasar por una verdadera ruta del cacao. Conocer cuáles son los diferentes procesos por los que pasa este preciado producto que hoy en día sirve a muchas familias agricultoras como catapulta, conociéndose ya muchos casos de emprendedurismo gracias al cacao.

    Para entender la verdadera ruta del cacao, es necesario entender los procesos por los que pasa, ya que por un tema de distancias no es posible seguir la ruta cronológicamente.

    El cacao, como otros productos agroindustriales, tiene una primera etapa de cultivo en la que se trabaja el sembrado y cosechado. Para ello, se utiliza sistemas de agroforestería que permite la producción del fruto no solo cuidando el medio ambiente, sino además sacando provecho de todas las herramientas que brinda la naturaleza. Para muestra un botón: El cultivo de cacao necesita de otros cultivos,árboles grandes como las Bolainas para dar sombra, arbustos pequeños que funcionen de sostén, plantas de plátano que fertiliza los suelos y un largo etcétera que genera una activación del ecosistema al atraer algunas especies de animales también.

    Luego, viene una segunda etapa que es la de fermentado y secado del fruto. Esta puede sonar algo simple, pero lo cierto es que si no se realiza con el cuidado y la dedicación necesaria, puede afectar el producto final en términos de temperatura, grados de secado o diferencias entre las semillas de un mismo grupo.

    Después, tenemos un tercer momento de producción del cacao. Pasar esas semillas secas al polvo que se necesita para producir chocolates. Esta podría ser considerada la parte más industrial, pues es necesaria cierta maquinaria para tostar, triturar, moler y remoler los granos.

    Finalmente está la etapa de elaboración del producto final, el chocolate y todas sus variedades.

    De este modo, la ruta comienza, naturalmente, conociendo el lugar y momento en donde toda esta magia nace: Las parcelas de cultivo. En este punto es indispensable mencionar al Sr. Marco Sánchez Vidarte (Presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios Forestales de Monte Alegre) quien tiene 6 de las 7 variedades de cacao cultivadas en la región Ucayali (si, de esas 10 mejores variedades del mundo).

    Gracias a un sistema de riego que se va perfeccionando cada vez más dada la curiosa innovación del Sr. Sánchez, los cultivos de cacao se mantienen con una calidad envidiable. La meticulosidad que su equipo le dedican a estas parcelas junto con la adecuada asesoría de Alianza Cacao Perú (Proyecto de USAID) hace que el producto -el fruto del cacao- sea A1 y esté listo para los procesos posteriores a la siembra y cosecha.

    Continuando con la ruta, podemos conocer algunos casos de agricultores de la zona como la señora Paquita, de la cooperativa agraria de cacaoteros “Campos Verdes” o Doña Ishuca, quien ya cuenta con chocolatería propia. Estos dos casos emblemáticos -pero no únicos- nos muestran cómo es que los agricultores cuentan con este maravilloso fruto para construir sus negocios siendo consecuentes con el medio ambiente. Ellas pasan por todos los procesos, desde la siembra, hasta la elaboración de los chocolates y derivados. Resulta bastante inspirador y no genera otra sentimiento más que admiración, ser testigo del punche que estos equipos de trabajo tienen. Es justo decir, además, que muchos de los agricultores que han sacado sus productos del cacao, han pasado por asesorías y apoyo de diversas organizaciones canalizadas por DIRCETUR.

    Continuando con la ruta, nos encontramos con las instalaciones de AMT Agroindustrias, empresa que se encarga de los dos procesos posteriores, el de fermentado y secado. Esta cuenta con infraestructura especialmente pensada y construida para estas dos fases. A pesar de que se utiliza maquinaria especializada, en algunos casos se recurren a técnicas manuales.

    Evidentemente, esta ruta no podía dejar de mostrar todas las variedades del chocolate producido con este cacao, de este modo, se hace una parada también en Pasión & Chocolate, lugar donde se lleva a cabo la última fase, es decir, se recibe el cacao listo para su procesamiento y elaboración de chocolates y derivados. Acá es posible probar diversas opciones que van desde un clásico chocolate relleno de camu camu (otro producto bandera de la región) hasta la innovadora oferta del chocolate con el característico ají charapita.

    La propuesta ha sido reformulada para pasar de una ruta nominal a una verdadera experiencia en la selva. Tanto para peruanos como para extranjeros, esta ruta se convierte en una opción casi casi obligatoria, si lo que se busca es conocer, de manera directa, cómo se desarrolla verdaderamente el producto del cacao.

    Asimismo, la ruta es complementada por las bellezas paisajísticas y las maravillas propias de reservas naturales, como lo son la caudalosa caída El Velo de la Novia en plena Cordillera azul. Además, se dará a conocer la amplia gama de ofertas gastronómicas a partir de la producción del cacao, pues si, esta no se ciñe a chocolates y derivados, sino que es posible desarrollar tantas opciones como la mente de los ingeniosos chefs pucallpinos pueden imaginar.



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